Voluta de silencio

Voluta de silencio
A Natalia por los años

-Alá, Jesús, Jeohvá, Budha, Hades, Tlaloc…
-¡Mírale, es un santo!
-Santo, ¡bah!, tan solo es un aprendiz.
-¿Y no se mueve?
-No he visto, ni si quiera, remojar sus ojos en cegueras.
-¡Estoy seguro que si le insulto me responderá!
-Inténtalo, vamos, no os atrevéis.
-Eah, tú, ¡eres un bestia! ¡Sos tan poca cosa! ¡Dios no existe! ¡Tú no existes! ¡Eres parte de mi jodida imaginación, quién necesita de santos! ¡Palurdo! ¡Joto!
-Peroalfinmenecesitas…
-¡Que dijiste hijo de la gran puta!
-Delamejorputa…
-Joder sos vos.
-Os dije que no conseguirías nada.
-Vámonos.
Dentro de una mente: (-Le digo que es hijo de mi comadre. -No sea mentirosa, usted, ni madre tiene, y quiere ser “co” de una madre. -Diga lo que diga, yo cuidaba del chaval.)
-Llévate a tu paralitico origen fuera de mi tienda. ¿Y usted que me ve…? Venga, siéntese mientras le sirvo un tecito señor cura. ¿Que cuenta la parroquia? ¿Le despacho lo de siempre?
-Sí. ¡Y venga, ese loco sigue representando su monólogo de: Yo Santo! Ja, ja, ja, ja.
-Pues ahí lo ve. Ayer le eche una cubeta de agua con hielos, ya ve que con eso dicen que se curan los locos.
-Mejor échale una de agua caliente, que parece que esta fornicando con el Señor y la Santa María a la vez. Ja, ja, ja, ja.
-Dale, escucho tus pecados, hijo. ¿Qué, no tienes? Claro, se me olvidaba que vos sos el hijo bastardo del Omega y Alfa…Te regalo mi bendición: En el nombre del Padre, del hi…a la chingada pendejo, que mis bendiciones no son pa pendejos como tú.
-No busques más. Venga ríndete, el mundo acaba de empezar, y tú sin una mujer que alimente tu lecho. Eres hijo de la iluminación, ya la has alcanzado, ríndete. Mira tengo un cofre de oro, lleno para ti, con eso podrás comprar ropajes, joyas, ir de putas, y ser puto del placer y del goce. Mejor aún, dime qué país deseas gobernar. ¿Cuál te gusta? Vaya si sos, un gran hijo de la chingada, quieres el mundo para ti sólo. Quieres la inmortalidad, y así recorrerlo todo, y sabelo todo. Ya sé, mejor te regalo un pedazo de cielo. Hecho a patadas un Dios cualquiera y te plantó en su lugar. ¿Qué…? ¿Quieres ser mujer? Claro, quieres ser la madre de un dios, quieres un sexo que desflore de santidad al pecado. Vaya que eres difícil de convencer. ¿Quieres que traiga a todos los filósofos, a otros dioses, a hombres de la memoria, quieres a Dante, quieres que te lleve de paseo, quieres que te de ayude un Santo como Antonio, quien ya ha pasado por esto. Esto si quieres lo puedo hacer gratis, sin compromisos. En serio. ¡Vamos algo debes de querer! ¡Quieres ser rey en una época de la historia de tus humanidades! ¿Quieres reencarnar? Ya sé, esto no me lo puedes negar, quieresiralfindelostiemposyreírte de esa c-o-m-e-d-i-a. Quieres predicar tus nobles verdades a inimaginables seres. ¿Quieres desaparecer? ¿Devuelvo la bondad a los hombres? ¿Mando por culo a todos los humanos, y te hago el mejor de todo? ¿Quieres ser yo?...
-¿Cambiar mi condición por la tuya? –mirando a los ojos, con manos caídas, y con el cuerpo batido de heces, con la piel de un diente de león.
-Sí, todo a cambio de ser yo –con ojos de un lívido de éxito insospechado.
-Lo cambio. ¿Dónde firmo?, necesita este contrato mi sangre, mi alma, mi voz, escupir mis nobles verdades, insultar a dioses, ¿qué?
-Firma aquí –sus palabras como juguete se iban descalzando de pasado.
-¿Como le he de firmar? –buscando aves dormidas en el aire. Suspirando y llenando de satisfacción pulmones, dijo: Chupa con tus labios, arranca, despedaza, lléname de ti. No sé como lo has de hacer, pero ya os entregó mi alma, es tuya. Nunca la he visto, me gustaría verla, se que podré ver otras, pero…ya ves, son cosas mías hacer de necio y ver la mía deseo. Un último favor, venga Santo Sanctorum.
-Tu alma será mía, por la eternidad.
-Lo sé, otras también serán mías en la eternidad, esa, la que hablas. Al fin es un suplir de vacios lo que no puedo vaciar por entero.
-¿Que dices? –dando tiempo, esperando algo, ignorando la pregunta.
-Eso, de que el diablo sabe más por viejo, que por diablo, veo que no se aplica en este contacto…mmmmaaahhhjjjj…El alma es un gran vacío que se libera al morir, se va a otros vacios, no como unión, o comunión, se va a un espacio de lo desapegado al mundo, rompe con materia, se destruye en memorias, se pierde del tiempo y aprende silencio…
-¡No quiero tu, tú…aalmaaa, está corrompida, la he corrompido, he logrado mi propósito! ¡Ja, Ja…!
-Sabes que te interesa ese vació, nunca te han tratado como un Santo Sanctorum, yo me inclino y beso tu anhelo de vacío. Estas lleno, lleno de corrompidos, de apegados. Unos piden deseos últimos para la mujer que aman, otros, salvar el mundo, otros se dejan crucificar, y ceden ante la humanidad. Todas esas te inundan de unidad. Eres todos. Te doy la liberación, pues no puedes soportar tantas piedras de salvación. Todos han topado contigo, pero todos se apegan, y ninguno te vacía. Yo lo hago. Sabes que al entregarme tu condición, serás vacio. Ten un Diente de León, dicen los magos, que sí una persona se frota a si misma con un Diente de León, será bienvenido en todas partes y obtendrá lo que desee. Lo has logrado. Y sin despertar al viento este Diente de León. Este ayuno de humanidad, no os blasfemare de adulación, si dijere que le comencé por ti, por tu encuentro, y tu ya no ser. Lo hice, en ese principio, por mi verdad de ese manto iluso de Santidad. Pero cuando alcance tu atención y me tentaste de tu reflejo, revolví todas estas ya palabras pronunciadas.
-¡Tú alma es mía! –llorando, sin contención de ritmo en el sollozo balbuceaba esa frase. Mientras era visto, era reconocido. Llorar, siempre lo hizo, pero de que sirven las lagrimas, si las mejillas las evaporan- Mira está es tú alma, llénate de lamentos.
-Esa seda de humo, es el último resquicio de otros.
-Yo soy quién soy…
-No, no, no…tú eres el Santo, ¡escucha!
-¡Mira, en verdad era…!