Y te cuento…

Y te cuento, un cuento que no dice nada. Y te cuento que una hormiga hoy fue muerta. Ya sé, me dirás que a diario mueren las hormigas, que son fuertes y siguen construyendo casas, y siguen protegiendo al futuro envuelto en un vientre de niños. Y me dirás, que el mundo cambia en la noche, checa la tarjeta, y cambia de chaqueta, y cambia de sombrilla, y cambia de mañana.
¿La hormiga a donde no llegará? ¿De dónde será? He detenido a miles de ellas, nadie me habla, y yo tanto que hablo con ellas, y sin hablar con ellas. He seguido a una que se parece a ella, podrá ser hermana, vecina, o su sombra que salió a buscar aire, y se encontró con retorno. Pero no era, nada ella, se ha quedado platicando con otra y moviendo las antenas, y hablando de escuela, niños, casa, gasto y del trabajo sin razón. Donde será su cama, donde sus recuerdos hechos vestigios, donde los girones de tela. Y te cuento, que la hormiga, la pobre hormiga no tuvo cortejo ominoso, ni caras pensando en la muerte, ni sonrisas pensando en la vida. Sólo le silbe una canción, no hizo nada, no fue conjuro a patas y antenas. La lleve a un hormiguero, y no sé más, ya ves, sólo un cuento.
Decime como es la pausa.