A los tres años comencé a hablar. Fue justo después de que por el portón, dejaran colar tres gendarmes a la muerte.
Mi boca no expulso tesoros dignos de submarinos y cazadores de profetas.
La teoría psicoanalista, dice que no me importo hablar, ya que el mundo, era una charola de plata a señas y yo un midas de mocos y dedos.
Necesite un acto simbólico que respaldará significativamente aprender la oralidad de los mayores. Tal vez sea que ante las velas y la noche larga en el velorio de mi bisabuela, extrañaba tontamente lo ajeno.
¿Cuál fue mi primera palabra?, no importa.
He olvidado ese silencio.
Mi boca no expulso tesoros dignos de submarinos y cazadores de profetas.
La teoría psicoanalista, dice que no me importo hablar, ya que el mundo, era una charola de plata a señas y yo un midas de mocos y dedos.
Necesite un acto simbólico que respaldará significativamente aprender la oralidad de los mayores. Tal vez sea que ante las velas y la noche larga en el velorio de mi bisabuela, extrañaba tontamente lo ajeno.
¿Cuál fue mi primera palabra?, no importa.
He olvidado ese silencio.
2 comentarios:
simplemente me ha quedado un sielencio mientras lo leia, su trabajo es imecable.
Intenso
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